lunes, 2 de marzo de 2015

"Las bailarinas muertas", de Antonio Soler.

Estamos ante la novela ganadora del Premio Herralde 1996 y premio de la Crítica de aquel año. La historia que cuenta este libro está basada en los años sesenta. En Málaga, unos adolescentes apuran sus existencias en un barrio pobre y con muchos sueños en sus mentes. En el otro extremo, en Barcelona, vive el hermano del narrador, en lucha por triunfar en un cabaret del Paralelo barcelonés. Y desde allí manda a su familia cartas y fotografías con noticias e imágenes de la vida galante del cabaret y de la pensión de artistas donde se aloja.
Esta es la base argumental de esta novela que te hace vivir momentos especiales al recordar la adolescencia de unos personajes, que lucharán por sobrevivir en unas circunstancias especiales surgidas de la última etapa del franquismo, donde el país se abría poco a poco a la modernidad y comenzaba a industrializarse.
Los hechos de la novela son narrados a caballo entre Málaga y Barcelona, sin que pierda un ápice de interés el hilo narrativo. Quizá se echa de menos un poco más de agilidad narrativa, ya que el autor se detiene a veces en circunstancias sin importancia para el lector.
La novela está bien construida, se lee con facilidad y nos muestra a mi modo de ver las añoranzas del narrador al recordar los tiempos de su tierna adolescencia. Este libro ha sido editado por la Editorial Debolsillo y en mi apreciación personal le concedo un aprobado alto.
Sinopsis: En un barrio pobre malagueño, entre pequeñas miserias, un Antonio Soler niño irá forjando en su imaginación un mundo mítico e irá ensoñando horizontes más allá de su perfecto mundo provinciano, a través de las cartas y fotografías que su hermano mayor le envía desde Barcelona. De estos recuerdos de infancia nace Las bailarinas muertas. Sentimientos enfrentados en dos mundos enfrentados: la alegría se mezcla con el dolor, la esperanza con la desolación, el amor se funde con la soledad, y la violencia se confunde con la humildad.