Estamos ante una excelente novela que tiene como eje vertebral la desaparición de una niña de tres años en Nueva York y el intenso trabajo de investigación periodística llevado a cabo por una joven periodista para lograr su paradero final.
Soy un apasionado del periodismo, y con esta novela he logrado disfrutar mucho, ya que se saca a relucir el buen periodismo con letras mayúsculas, al intentar sacar la verdad de las cosas y seguir investigando a toda costa para lograr localizar a esta niña y obtener la primicia de la noticia.
El personaje de Miren representa lo que tiene que ser un buen periodista: tenacidad, trabajo, sinceridad, astucia e inteligencia. Me ha gustado este personaje y con esta novela se viaja a la esencia del periodismo.
Este libro ha sido editado por Suma de Letras y en mi apreciación personal le concedo como nota un sobresaliente. Le doy la máxima puntuación porque el lector disfruta con su lectura y saborea cada una de sus páginas.
Sinopsis: Nueva York, 1998, cabalgata de Acción de Gracias. Kiera Templeton, de tan solo tres años, desaparece entre la multitud. Tras una búsqueda frenética por toda la ciudad, alguien encuentra
unos mechones de pelo junto a la ropa que llevaba puesta la pequeña.
En 2003, el día que hubiese sido el octavo cumpleaños de Kiera, sus
padres, Aaron y Grace Templeton, reciben en casa un extraño paquete con
algo inesperado: una cinta de vídeo VHS con una grabación de un minuto
de Kiera, ya con ocho años, jugando en una habitación desconocida.
Miren Triggs, una estudiante de periodismo de la Universidad de
Columbia, se siente atraída por el caso e inicia una investigación
paralela que la lleva a desentrañar aspectos de su pasado que creía
olvidados, y es que su historia personal, al igual que la de Kiera, está
llena de incógnitas.
