jueves, 28 de enero de 2016

"Comiendo sonrisas a solas", de Tadea Lizarbe.

Satisfacción. Esa es la sensación que he sentido tras leer la novela "Comiendo sonrisas a solas", de Tadea Lizarbe. Su lectura ha resultado entretenida y enriquecedora, y me ha sorprendido por su calidad literaria y agilidad en la narración.
En esta novela encontramos dos historias separadas en el tiempo, aparentemente sin relación y que se disputan la atención del lector. La primera historia tiene lugar en el siglo XIX y la segunda en la época actual. Al final de la novela se relacionan ambas historias y la protagonista Eloísa tratará de sacar conclusiones para impedir un nuevo asesinato.
Este libro estuvo seleccionado entre los diez finalistas del Premio Planeta 2014. Posee un buen argumento que entretiene al lector, lo que le hace disfrutar conforme pasa las páginas para saber su incierto final.
El único punto negativo es que la autora repite demasiado la frase "Pensamiento intruso" y el lector se llega a cansar de la repetitiva utilización de este término semántico.
La novela ha sido editada por Ediciones B y en mi apreciación personal le concedo la máxima puntuación: un sobresaliente. Recomiendo este libro a los lectores.
Sinopsis: La madre de Eloísa muere inesperadamente, y en su breve agonía señala a su otro hijo con un dedo acusador. Días antes de fallecer, le pidió a Eloísa que leyera un antiguo manuscrito del que no se separaba: el diario de Alona, una mujer fuerte y decidida que se vio arrastrada por el misterio de un amor imposible. Sin buscarlo, Eloísa encontrará en Alona un referente que le ayudará a superar sus miedos, pero también a preguntarse qué conexión existe entre dicho manuscrito y la extraña muerte de su propia madre.