
La historia te lleva a conocer a la condesa sangrienta, Erzsébet Báthory, en el siglo XVII, que llegó a asesinar a centenares de jóvenes doncellas para bañarse en su sangre en busca de la inmortalidad.
El ritmo de esta novela es rápido, su prosa sencilla y amena, pero tiene el inconveniente de que describe en exceso y con demasiados detalles las torturas, dejándote mal sabor de boca tras su lectura. Hay demasiada sangre en sus páginas y no es apta para menores.
En mi apreciación personal le concedo como nota un aprobado alto. No le doy una puntuación más alta, ya que no he disfrutado demasiado con tanta torturas, asesinatos y sangre de por medio. No hay que ser tan explícito para describir algunas escenas.
Sinopsis: En el año 1600, el pueblo de Nyitra pudo ver cómo una mente perturbada acababa con la vida de más de quinientas doncellas. Difundida por una creencia popular de que habitaba un demonio en los bosques que buscaba sangre de jóvenes vírgenes, los habitantes de aquellas tierras, no tenían dudas, que el destino que sufrían sus hijas, estaba relacionado con algo que ocurría tras los muros del castillo de Cachtice.
Londres 2013, comienzan a aparecer cadáveres de jóvenes procedentes del tráfico humano, aparentemente desangradas con antiguos aparatos de tortura.
El Doctor Emanuel Mason decide estudiar el caso. Pronto descubre que esta vez tendrá que analizar una de las mentes más sádicas de la historia hasta llegar a los orígenes de un misterioso ritual de sangre, un rito milenario practicado por distintas culturas y religiones que aún hoy día es un misterio para el ojo humano. Porque hay razones para matar que nunca deberían ver la luz.
Londres 2013, comienzan a aparecer cadáveres de jóvenes procedentes del tráfico humano, aparentemente desangradas con antiguos aparatos de tortura.
El Doctor Emanuel Mason decide estudiar el caso. Pronto descubre que esta vez tendrá que analizar una de las mentes más sádicas de la historia hasta llegar a los orígenes de un misterioso ritual de sangre, un rito milenario practicado por distintas culturas y religiones que aún hoy día es un misterio para el ojo humano. Porque hay razones para matar que nunca deberían ver la luz.