
Una descabellada historia que no me ha gustado de ninguna de las maneras. Yo prefiero novelas con una cierta verosimilitud en su argumento, pero una persona que habla con las palabras no está entre mis predilecciones.
La novela ha sido editada por Seix Barral y en mi apreciación personal le concedo un simple aprobado. El libro está bien escrito pero su argumento es muy pobre desde mi particular punto de vista.
Sinopsis: De día, Julia trabaja en la pescadería de una gran superficie; por las noches estudia gramática: examina frases y palabras que vienen a visitarla, aprende lo que son los sustantivos y los plurales. Quizá de esa manera, entendiendo el lenguaje a fondo, pueda seducir a Roberto, que además de ser su jefe es un filólogo frustrado.
En sus horas libres, Julia ayuda en el cuidado de una enferma terminal, Emérita. En casa de la mujer se topará con un personaje especial, Millás, que está escribiendo un reportaje sobre la eutanasia. El Millás personaje –y puede que también el real– verá en Julia el fin de su bloqueo creativo y se sentirá tentado de novelar la vida de la joven.