
No sé que tiene Millennium, pero consigue que el lector se sienta atraído por su hilo narrativo y que vuelva a apostar por su lectura sin tapujos. Ya no escribe Stieg Larsson sino David Lagercrantz, pero esto no es óbice para seguir entusiasmando a los lectores de todo el mundo.
A esta saga de Millennium le pongo siempre una única pega o inconveniente. Y es que no comprendo como Lisbeth Salander y sus amigos hackers se dedican en todas las entregas a entrar ilegalmente en numerosos ordenadores ajenos y nunca son pillados por la policía. Son delitos que se cometen y que deben ser castigados por la Ley.
Esta novela ha sido editada por la Editorial Destino y en mi apreciación personal le concedo como nota un sobresaliente. Recomiendo este libro a los lectores.
Sinopsis: Lisbeth Salander está cumpliendo condena en la cárcel de Flodberga,
en la que intenta a toda costa evitar cualquier tipo de conflicto con el
resto de las presas. Pero en el momento en el que Lisbeth se convierte
en la protectora de la joven de Bangladesh que ocupa la celda vecina, la
peligrosa líder de las internas la coloca en su punto de mira.
Holger Palmgren visita a Lisbeth y le explica que ha recibido una
serie de documentos que contienen información relativa a los abusos que
sufrió ella en su infancia. Salander acude a Mikael Blomkvist y ambos
emprenden una investigación que puede sacar a la luz uno de los
experimentos más atroces auspiciado por el Gobierno sueco en los años
ochenta. Los indicios los llevan hasta Leo Manheimer, socio en la
financiera Alfred Ögren, con quien Lisbeth comparte mucho más de lo que
creen.