lunes, 24 de agosto de 2015

"El sueño del celta", de Mario Vargas Llosa.


Ahora le ha tocado el turno a una interesante novela de Mario Vargas Llosa "El sueño del celta". Del último Premio Nobel de Literatura me esperaba algo más. No me había leído ninguna obra suya hasta ahora. En algunos momentos se hace algo pesada su lectura, pero si le dieramos una puntuación final le otorgaría un seis.

El discurrir narrativo de la novela empieza en el Congo en 1903 y termina en una cárcel de Londres, una mañana de 1916. Aquí se cuenta la vida de un hombre de leyenda: el irlandés Roger Casement.

Casement fue uno de los primeros europeos en denunciar los horrores del colonialismo con argumentos. De sus viajes al Congo Belga y a la Amazonía peruana quedaron dos informes memorables que conmocionaron a la sociedad de su tiempo, pues tras ellos se revelaba una verdad dolorosa: los europeos en su colonización cometieron los actos más bárbaros sobre los indígenas como asesinatos, violaciones, torturas, etc.

Estos dos viajes y lo que allí vio, cambiarían a Casement para siempre, haciéndole emprender otra travesía, en este caso intelectual: luchar por la independencia de Irlanda. La que lo llevó a enfrentarse a una Inglaterra que admiraba y a militar activamente en la causa del nacionalismo irlandés.

En plena I Guerra Mundial, viajó a Berlín para conspirar contra el Reino Unido y participó en el Alzamiento de Pascua de 1916, hecho que lo llevaría finalmente a prisión y a pasar por la horca para cumplir su pena de muerte. También en la intimidad, Roger Casement fue un personaje múltiple: la publicación de unos diarios, en los últimos días de su vida, airearon unas escabrosas aventuras homosexuales que le valieron el desprecio de parte de sus compatriotas.

En la playa de Banna Strand, en Irlanda, se yergue en la actualidad un pequeño obelisco en el que aparece la cara de Roger Casement. También existe un colegio en Tralee, de lengua gaélica, con el nombre de Roger Casement.