sábado, 28 de marzo de 2020

"Tres metros bajo el suelo", de Raúl Sánchez Quintana.

Una de mis últimas lecturas ha sido la última novela del escritor Raúl Sánchez Quintana que lleva por título "Tres metros bajo el suelo". Tengo que reconocer que me ha gustado esta novela de ficción histórica basada en la Guerra Civil española y que tiene como eje central la prisión de San Cristóbal en Pamplona.
Los hechos transcurren a finales del año 1938 y en el relato se describen muy bien las penalidades que sufrían los presos republicanos en las cárceles franquistas: hambre, injusticias, maltrato físico y psicológico, torturas, muertes sin juicio justo, condiciones inhumanas, ejecuciones inmediatas, maldad sin límites, malversación de fondos públicos, etc.  
Esta novela es un fiel reflejo de las condiciones inhumanas que existían por aquellos años en las prisiones de una España que estaba a punto de ver finalizada su Guerra Civil. Los presos republicanos eran considerados unos "sucios rojos" que habían traicionado a su propio país y no se les trataba como seres humanos. Eran los enemigos de España, según se decía en la propaganda franquista.
Esta novela está basada en hechos reales y el autor se ha permitido el lujo de añadir una fuerte dosis de ficción.  Este libro ha sido vendido en Amazon y en mi apreciación personal le concedo como nota un notable alto.
Sinopsis: En la primera brigada del Penal de San Cristóbal - un agujero infecto situado a tres metros bajo el suelo - alrededor de quinientos prisioneros sobreviven en condiciones inhumanas. Sin apenas ventilación y en una constante penumbra, las enfermedades y los parásitos son tan habituales como lo es respirar.
Daniel, un joven represaliado en plena Guerra Civil, es trasladado hasta la prisión unos días antes de que se lleve a cabo la evasión que, a día de hoy, continúa siendo la más numerosa de una cárcel europea.
“Tres Metros Bajo el Suelo” es una historia de sufrimiento y resistencia basada en hechos reales, que relata las vicisitudes que centenares de hombres tuvieron que soportar con el único objetivo de llegar vivos al día siguiente.