martes, 7 de agosto de 2012

"El conde de Montecristo", de Alexandre Dumas.

En este verano de 2012 he querido sumergirme en uno de los clásicos de la literatura como es "El conde de Montecristo", de Alexandre Dumas. Era una asignatura pendiente que tenía conmigo mismo: leer esta obra maestra de la literatura. Las primeras quinientas páginas se pasan rápido, y te gusta el hilo narrativo, pero cuando empieza la venganza del Conde de Montecristo la novela se te hace lenta y tediosa. Su autor en vez de ir al grano, se detiene en diálogos prescindibles que no hacen más que alargar la historia hasta las 1.100 páginas. A la novela le sobran las últimas quinientas páginas.
Sinopsis:  Edmundo Dantés, joven, a punto de casarse con la mujer a la que ama, de ser ascendido de raso marinero a capitán de barco, se ve involucrado en una oscura conspiración de la que es inocente, enjuiciado y condenado en una misma noche a pasar el resto de sus días en la prisión del castillo de If.
Desposeído de dignidad e identidad, desorientado por no saber de dónde le vienen los golpes y el por qué de tanto infortunio reza cada noche en la húmeda y oscura celda en la que se ha visto confinado a que Dios se apiade de su alma y le permita una muerte temprana.
Será cuando encuentre al abate Faría, vecino de celda, cuando la suerte vuelva a sonreír a Dantés. Logra escapar de la prisión al hacerse pasar por el cadáver del abate Faría y se convierte en el hombre más rico del planeta rescatando el tesoro escondido de la dinastía Borgia de la isla de MonteCristo. Dantés se convierte así en el Conde de MonteCristo, con el único propósito de hacer pagar a los que lo condenaron a pudrirse injustamente en el peor agujero del planeta todo lo que le hicieron sufrir a él.
Calificación personal: Decepcionante.