viernes, 27 de mayo de 2011

"Caminarás con el Sol", de Alfonso Mateo-Sagasta.


Estamos ante la novela ganadora del III Premio CajaGranada de Novela Histórica. Alfonso Mateo-Sagasta nos introduce en la historia de Gonzalo Guerrero, un soldado español esclavizado en tierra de los mayas a principios del siglo XVI y que prefirió quedarse a vivir con ellos antes que regresar a Castilla con sus compatriotas españoles. En los últimos años Gonzalo Guerrero luchó contra los españoles para defender al pueblo maya, dejando atrás sus orígenes hispanos.
En noviembre de 1536, el gobernador de Guatemala informó aliviado de la muerte de Gonzalo Guerrero, el español que llevaba veinte años creando problemas a los conquistadores en las selvas del Yucatán.
Pero ¿quién era ese personaje singular que, al frente de un ejército maya, había cruzado el golfo de Honduras para luchar contra quienes habían sido sus compatriotas? ¿Por qué llevaba la cara y los brazos cubiertos de escarificaciones y tatuajes rituales?
Todo empezó cuando una carabela naufragó al sur de Jamaica y el mar empujó a los supervivientes hacia la costa de una tierra desconocida. Nada más llegar, los naúfragos fueron capturados por una partida dea guerreros que sacrificó a los más fuertes en el altar de sus feroces dioses y esclavizó al resto. Ocho años más tarde, sólo dos de aquellos hombres seguían con vida Jerónimo Aguilar que, llegado el momento, no dudó en incorporarse al ejército de Hernán Cortés; y Gonzalo Guerrero, quien, pese a intuir su destino, decició permanecer hasta el final al lado de aquellos que lo habían esclavizado.
Con el paso de los años Gonzalo Guerrero fue un hombre libre y se casó con una bella mujer maya para tener varios hijos con ella. A partir de ese momento supo que su vida estaba al lado de los mayas y no con sus compatriotas españoles.
Esta historía me recuerda por su similitud con el libro "Bailando con lobos", de Michael Blake, que posteriormente fue llevada al cine con Kevin Costner de protagonista. En los dos libros el protagonista prefiere vivir con el pueblo que lo ha adoptado, donde se ha casado y tenido hijos, y luchar contra sus legítimos compatriotas.