Estamos ante una escritora sueca, Asa Larsson, que profundiza sobre la novela negra, siguiendo el camino emprendido por su compatriota Stieg Larsson, que por cierto no son parientes a pesar de llevar el mismo apellido.
El libro no está nada mal, ya que ha vendido un millón de ejemplares en su país. Quizás la única pega es que el principal asesino se descubre a falta de ochenta páginas para el final, y no como ocurre en otras ocasiones que el final se destapa en las últimas líneas de la novela para mantener la intriga y la emoción.
En una iglesia se encuentra asesinado el predicador más famoso de Suecia, Viktor Strandgard. La hermana de la víctima ha encontrado el cadáver, y la sombra de la sospecha se cierne sobre ella. Desesperada, pide ayuda a su amiga de adolescencia, Rebecka Martinsson, quién investigará en torno a la congregación religiosa para localizar al asesino, ayudada de la investigadora Anna María Mella. Muy recomendable para los que les entusiasmen la novela negra escandinava.
